Igual que los humanos, los perros son animales gregarios. Son seres sociales por naturaleza. Buscan y necesitan compañía para conseguir una estabilidad, asegurar su supervivencia y por tanto alcanzar el bienestar animal.
El hecho de que sean animales sociales les hace tener una capacidad mayor en cuanto a habilidades sociales y resolución de conflictos. Establecen roles en sus grupos sociales, totalmente necesarios para la supervivencia del grupo.

El animal gregario
Los animales gregarios son aquellos que viven en manadas o rebaños. En el caso de los perros de hoy en día el término que más se podría ajustar es el de comunidad. Ya que conviven con los humanos (especies distintas).
Los animales que aprendieron a vivir de este modo son mucho más propensos a sobrevivir como especie.
Hay otras especies que viven en soledad, pero que viven en manada o parejas durante determinadas épocas del año, como por ejemplo la época de cría o los meses de invierno.

El perro
El proceso de domesticación dio como resultado que el perro empezara a vivir en comunidad e incluso a depender del humano para su supervivencia. Por eso se acabó separando de la especie del lobo.
Se adaptaron totalmente a la convivencia con los humanos, siendo capaces de vivir sin problemas solo con la presencia humana (como actualmente ocurre en muchas familias).
Con todo el proceso de creación y selección de razas que ha habido durante generaciones, hay grupos de individuos mucho más sociables que otros. Por ejemplo un labrador y un husky no son para nada igual de dados al contacto con personas o perros.
Como te he explicado más arriba, ser social (o sociable) significa que es necesario un grupo para alcanzar bienestar y aumentar la supervivencia y que la presencia de otros individuos no es un problema. Pero hoy en día, cuando decimos «mi perros es sociable» o «mi perro no es sociable» solemos referirnos a que nuestro perro tiene problemas relacionados con la convivencia con otros perros o personas. ¿Verdad?

Esto no es del todo correcto. Precisamente el hecho de ser un animal social es lo que le hace mucho más complejo. Tiene que aprender muchas habilidades sociales para poder adaptarse al grupo, y es totalmente normal que puedan aparecer problemas o conflictos.
Después está el carácter de cada individuo en particular. Por ejemplo, los humanos somos especies sociales. Pero no todos disfrutan igual en una reunión, en unas vacaciones en familia o en pasar un fin de semana totalmente solo, ¿verdad?
Pues igual con ellos. Aunque sean sociales (ya que va en su genética) no significa que todos los individuos los disfruten en la misma intensidad o cantidad. Hay que conocer muy bien a cada perro en concreto para que no viva malas experiencias o se generen conflictos innecesarios.
La mejora de la convivencia
El hecho de tener un círculo de confianza ayuda mucho a que el perro pueda desarrollar conductas propias de su especie. Si un perro no se siente cómodo, difícilmente se sentirá libre de jugar o dormir tranquilo. Pero igual que tú. Si no estás a gusto en determinado lugar estarás mucho más inhibida y alerta.
Existe lo que se llama el concepto de facilitación social. En el que gracias al grupo el individuo es más capaz de enfrentarse a determinadas situaciones o a hacerlo de manera distinta.
Por ejemplo: si un perro pasea solo no se acerca a perros e incluso huye de ellos, en cambio si va con su otro compi perruno de casa es capaz de acercarse mucho más. ¿Te suenan situaciones así?
Con los humanos pasa exactamente lo mismo. También se le suele llamar influencia. El grupo puede servir como motivador para hacer determinadas actividades.
Aprender a utilizar este factor como manera para ayudar a un perro con X problemas es clave. Puede ser la familia de la casa, perros de la casa o perros externos. Pero hay que tener muy en cuenta qué perro añadimos y si realmente va a ser de ayuda o nos va a crear otro problema añadido.
Esto último que te cuento quizás te suena a la típica frase de: «voy a adoptar otro perro para que el que tengo aprenda a estar solo». Añadir otro perro a la casa es una decisión que se debe reflexionar mucho. Cada individuo es totalmente distinto y puede ayudar o perjudicar. Por eso es súper recomendable que ayudes al perro que tiene determinado problema en lugar de intentar poner parches.

En resumen,
El perro tenderá a buscar la compañía y a ser sociable. Pero nunca hay que olvidarse de fijarse en el individuo concreto. Recuerda, que el mero hecho de que sea social implica muchas más herramientas que tu perro deberá aprender para relacionarse con otros perros o personas.
Nadie dijo que la convivencia fuese fácil.
Y tú, ¿ves cambios en tu perro cuando está solo y cuándo no?
¡Hasta la semana que viene!
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