
¿Te ha pasado alguna vez ir paseando y que te aparezca un perro de repente? Y tener que gestionar tu las distancias o pequeños conflictos que puedan surgir.
Es muy común esa idea de que «mi perro no hace nada» así que le doy toda la libertad. Genial que tu perro no vaya a pelearse, escaparse, etc. pero quizás te puedes encontrar con otro que sí haga algo. Esa persona no tiene porqué verse en esa situación sola.
Ir suelto
Es lo más cómodo, para ambos. Tú vas más desahogado y tu perro tiene mucha más libertad de movimiento y exploración, pero es importante que aún así tu perro acuda a la llamada.
Perro suelto no significa que no haya que controlar la situación, las distancias, los acercamientos o las interacciones. Es decir, poner límites.
Hay que saber ver cuándo podemos llevar al perro suelto y cuándo no. Pensando no solo en nuestro beneficio (y el de nuestro perro) sino también en el de los demás.

Ir atado
Si te encuentras a alguien que va con su perro atado lo mejor es que llames a tu perro y también lo ates o no dejes que se acerque al otro perro. No tiene porqué pasar nada, pero no sabes porqué va atado. Una vez hayas visto cómo es el otro perro o lo que te diga la otra persona haces una cosa u otra.
Evita conflictos innecesarios o que tu perro los acabe generando por no ir controlado.
Quizás tiene problemas con perros y si un perro suelto (el tuyo) se le acerca le va a ser mucho más difícil gestionar los espacios ya que él no tendrá esa posibilidad de irse si quisiera.
Aunque tu perro no haga nada, le pueden hacer algo si no respeta los espacios del otro o se mete en algun lugar peligroso del que luego no pueda salir o se haga daño.
Perros con problemas de conducta
Cuando tenemos un perro con problemas de conducta (miedos, cualquier tipo de agresividad, excitación descontrolada, frustración, etc.). Tenemos que asegurarnos de que podremos controlar la situación si pasase algo.
Por mucho que sepamos que nuestro perro no se irá a cazar, si tiene problemas con perros no podemos ir como si nada. Trabajaremos mucho la llamada y si es necesario aplicaremos las medidas de seguridad pertinentes (bozal).
Pasa igual con los miedos. Quizás nuestro perro va perfecto todo el paseo hasta que aparece o suena eso que le da miedo. En ese momento podrían huir y perderse, por eso es importante tener bien trabajada una llamada y el vinculo con la persona. Sino estaríamos tomando riesgos innecesarios.
Y recuerda que cuanta más distancia haya entre tu y tu perro, más difícil te será controlar las situaciones. No se trata de que «obligues» a tu perro a estar a tu lado, pero sí de que estés muy atento por donde se va.

En resumen,
La llamada es un comando sobre todo de seguridad y confianza. Hay que conocer muy bien a nuestro perro para saber cuándo hay que llamarlo o no soltarlo.
Nunca olvides que convivimos con muchos otros seres: perros, personas, animales salvajes, automóviles, etc. Trata de ser respetuoso con todo el mundo.
Espero que te haya ayudado y te haya servido. ¿Cómo llevas la llamada con tu perro? ¿Te has visto en alguna situación similar? ¿Qué hiciste?
¡Hasta la semana que viene!