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En educación canina es habitual escuchar “es que llevo con esto un mes y no veo cambios” y eso es por qué instaurar una nueva forma de afrontar una situación requiere de bastante más tiempo de lo que la gente cree.
Pero, más o menos, ¿Cuánto sería? Vamos a descubrirlo
Pero no todo vale, ya que de igual manera que podemos tener un día redondo, también podría volverse un día terrible para nuestro compi de 4 patas.
Los humanos, las prisas y los perros
Antes de seguir leyendo el blog, párate un momento.
Dime, ¿Estás leyendo este artículo ahora que tienes tiempo? ¿En un rato en el metro? ¿Mientras hacías scroll por tus redes sociales? ¿Te has parado a pensar: “Voy a abrir este artículo para leerlo y disfrutarlo”?
Lo más probable es que no.
Y es normal, ya que la vida de los humanos es acelerada, es prisa, es ir de un sitio a otro. Y pararnos a ser conscientes de todo lo que hacemos, es bastante difícil.
Y sin querer, les pedimos lo mismo a los perros. Que vean, aprendan y gestionen rápido.
Y es que a tu perro le da bastante igual que hayas empezado a crear nuevas rutinas y hábitos para mejorar su gestión emocional. Hasta pasados bastantes meses, lo más probable es que cada vez que vea un perro que le da mala espina, reaccione.
Por qué tú ya conceptualizas a tu perro en el futuro, pero la realidad es que tu perro vive en el presente.

Conductas y hábitos
Muchas personas (y educadores) confunden estos dos términos. Una conducta es una unidad. Es un elemento puntual. Es un verbo, si lo prefieres (respirar, andar, coger, nadar…). Un hábito es un conjunto de conductas en busca de un objetivo.
Ese objetivo puede ser más o menos consciente (por ejemplo, fumarse un cigarro cuando te levantas, por qué en su momento te ayudó a calmar los nervios o tomarte una taza de café para despejarme).
El problema radica cuando le enseñamos conductas a un perro, pero no lo implementamos como un nuevo hábito en condiciones que el perro lo pueda ir incorporando (por ejemplo, esperamos que el perro ignore a un perro que viene de frente gruñendo, en vez de trabajar que el perro no reaccione cuando vea lo mismo a 15 metros de distancia, que le sería mucho más fácil y asequible).
Además, como hemos comentado, el tiempo es una baza a jugar. Para que te hagas una idea, un perro necesita (más o menos) estar trabajando el nuevo hábito un 50% del tiempo que ha estado con el otro hábito. Es decir, que si ha estado 1 año con él, necesitarás unos 6 meses para incorporar uno nuevo

Inversión
Existe otra variable fundamental. Y es cuánta energía necesita invertir el perro en el viejo y nuevo hábito. Una de las cosas que más nos impide adquirir nuevos hábitos, es que crearlos y mantenerlos consume energía, mientras que seguir con nuestras costumbres de siempre, apenas la necesita.
Es por ello, que si hacer el “nuevo hábito” requiere de muchísima inversión para el perro (por ejemplo, no ladrar cuando oye ruidos raros), este necesitará más tiempo para entenderlo, incorporarlo e integrarlo como nuevo hábito.
Funcionalidad
Y si con todo esto no fuera suficiente, también tenemos el tema de la funcionalidad. ¿A qué me refiero?
Si tenemos un perro pastor, cambiar su tendencia a perseguir cosas o a un perro de guarda que nadie entre en casa, será mucho más difícil que cuando ese perro no ha sido seleccionado para ese trabajo
Al final tenemos que entender que hemos seleccionado unos perros para hacer X o Y.
Nosotros hemos cambiado muy deprisa, pero los perros no. No podemos pretender que se olviden de 10.000 años de selección por qué ahora hay patinetes y bicicletas por doquier.
Conclusión
Cambiar no es fácil. Y si además lo valoramos desde la óptica humana, menos. Así que si quieres saber cuánto tiempo necesitas para ayudar a tu perro a gestionar y mejorar sus necesidades, ten en cuenta cuanto tiempo lo ha estado haciendo, qué inversión le supone cambiar esa conducta y por último, cuál es su funcionalidad original. Y de ahí sacas cálculos.
Y lo más probable es que te vayas a los 6 meses, año, o varios años de trabajo.
Y si quieres aprender más de tu perro, desde la esencia, te dejo aquí una guía gratuita.
Las 10 Claves para Vivir mejor con tu Perro, conectando hasta la Esencia.